ANEP impulsa programa de lectura para que jóvenes motiven lectura entre niños
El Programa de Lectura y Escritura en Español (Prolee) de Políticas Lingüísticas de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) desarrolla el programa Joven Lector que prepara a estudiantes de educación media como agentes mediadores que luego compartirán lecturas con niños de CAIF, jardines de infantes y escuelas. El proyecto involucra a 240 centros educativos.
El Aula Magna de la Facultad de Información y Comunicación (FIC) de la Universidad de la República fue sede del II Encuentro Nacional del programa Joven Lector, dirigido a educadores referentes de educación media que capacitan a jóvenes mediadores. Además de formarse como lectores, concurren a jardines de infantes, escuelas y Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF) para compartir experiencias de lectura con los más pequeños. La meta del proyecto es alcanzar en los primeros tres años a 12.000 niños de educación formal y no formal.
La convocatoria apunta a todas las instituciones y organizaciones que trabajan con estudiantes del primer ciclo de educación media para fortalecerlos como lectores, ya que leerán a otros en su comunidad. Hasta el momento comprendía a 200 centros educativos de todo el país, entre liceos, escuelas técnicas, centros de educación media rural, Centros de Capacitación y Producción y espacios del programa Jóvenes en Red, pero en 2018 se incorporaron otros 40 centros.
Inclusión y solidaridad
La consejera de la ANEP, Laura Motta, quien presidió el acto, celebró el trabajo comprometido de los referentes y jóvenes que se desempeñan en el programa. Según valoró, las propuestas del Prolee fueron trazando un proceso enfocado a considerar al alumno como el centro del proceso educativo. “Este programa tiene un significado para los jóvenes, y cuando las acciones tienen un significado para quienes las realizan, despiertan convicción y compromiso”, aseguró.
Motta mencionó que otra de las fortalezas de la iniciativa es la promoción de la inclusión: “El trabajo por la inclusión que este programa emprende trasciende el programa en sí mismo, le permite al joven ser parte, porque está volcando algo de sí hacia otros en una comunicación intergeneracional, y lo hace desde la solidaridad”, concluyó.