Compromiso cumplido

Alumnos y maestras del jardín de infantes n.º 116 de Dolores disponen de un local renovado y adaptado a necesidades de inicial

A dos años del tornado que afectó a Dolores, Soriano, fueron inauguradas las instalaciones del jardín de infantes n.º 116, que había sido dañado en su estructura. Techos y pisos nuevos, cuatro salones, sanitarios, cocina, sala de psicomotricidad y un patio con juegos caracterizan la obra que implicó 1 millón de dólares de inversión. La titular de Primaria, Irupé Buzzetti, habló de “promesa cumplida” y del compromiso docente.

Inauguración de obras en escuela de Dolores

El Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) inauguró las obras de restauración y reforma del jardín de infantes n.° 116 de Dolores, departamento de Soriano, uno de los edificios de la educación pública más afectados por el tornado ocurrido el 15 de abril de 2016, que destruyó un tercio de la ciudad. Al centro asisten cada día más de 170 alumnos de 3, 4 y 5 años, divididos en dos turnos.

Las obras, que implicaron una inversión de 1 millón de dólares, se enfocaron en la reparación de lo que había sido afectado, fundamentalmente los techos, ya que habían quedado a la intemperie todas las aulas. También abarcaron la mejora de lo que se mantuvo en buen estado a nivel estructural, pero que requería una remodelación general: cuatro aulas y sala de psicomotricidad, servicios sanitarios, acceso al edificio y fachada, además de cocina, zona de proveedores, una galería interna funcional para distintas actividades y un patio con juegos adecuados a las edades de los alumnos.

La directora de Primaria, Irupé Buzzetti, presente en el acto realizado en la calle, frente al flamante local, celebró esta reconstrucción y la calidad de la obra realizada. Dijo que los niños y sus maestras merecían un lugar así, con todas las comodidades, moderno y luminoso.

Además, recordó que, en su momento, la respuesta de Primaria fue inmediata. El evento climático ocurrió un viernes y el martes siguiente los alumnos del jardín fueron trasladados a la escuela n.º 2, que los albergó hasta octubre, mes en que volvieron al local. La jerarca destacó la resiliencia de las docentes, que el día después de la tragedia estaban con los niños y los ayudaron en un largo proceso de recuperación para que perdieran el miedo a que volviera a suceder un fenómeno similar.

La directora, Sandra Cadiac, quien en aquel momento no estaba al frente del centro, coincidió con la titular de Primaria en que las maestras fueron un pilar para los niños, sumado al apoyo de los padres, que se comprometieron cada día a llevar a sus hijos para que la superación del hecho se concretara lo antes posible.

Una de las docentes, Carolina, maestra de nivel 5, estuvo ese 15 de abril. Recordó el momento como terrible, pero agradeció que, pese a ser el suyo el salón más afectado y a que varios de sus alumnos resultaron fuertemente golpeados, incluso uno de ellos con fractura de cráneo, todos están bien y pudieron volver a su jardín, reponerse y recuperar el sentido de pertenencia en un lugar que era suyo, con espacios especialmente pensados para los más pequeños. La docente definió el día de la inauguración de obras como “de mucha felicidad y alegría”. “Estamos en casa”, sostuvo.

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