Administración Nacional de Puertos

Proa de la draga “21 de Julio” ingresa a dique y será ensamblada con cuerpo central del buque

El responsable por la Administración Nacional de Puertos (ANP) del proyecto de construcción de la draga “21 de Julio”, Carlos Arakelian, anunció que la proa ingresará a dique este viernes 15 para ser ensamblada a la estructura central del buque. La firma de origen holandés Royal IHC desarrolla la construcción, que finalizará en 2019 y se caracteriza por su desarrollo simultáneo en Holanda y Uruguay.

Traslado de proa del buque “21 de Julio”

Este viernes 15, la proa del buque D11 “21 de Julio” ingresará al dique del Servicio de Construcciones, Reparaciones y Armamento de la Armada (SCRA), ubicado en el muelle del Cerro de Montevideo, informó el responsable por la ANP del proyecto, Carlos Arakelian.

A continuación, se realizará en simultáneo la ensambladura de la proa con la cántara —cuerpo central del buque que fue construido en Uruguay— y la reparación de los daños sufridos el miércoles 6 en el sector de la popa, describió el funcionario, entrevistado por la Secretaría de Comunicación Institucional.

El emprendimiento demandará a la ANP una inversión de 61 millones de dólares y se caracteriza por la construcción efectuada por la firma de los Países Bajos Royal IHC, de manera simultánea en Holanda y Uruguay.

La nueva draga medirá 91 metros de eslora (longitud), 18 metros de manga (ancho), con una capacidad mínima de 4.200 metros cúbicos de cántara. Estará operativa en 2019. El presidente del organismo, Alberto Díaz, ya había adelantado que el buque sería utilizado para dragar el canal de acceso al puerto de Montevideo, así como en algunos puntos del río Uruguay.

En el momento en que se procedió a botar la cántara, cuando tocó el agua, se deslizó, sin dejar de flotar, el viento la hizo girar y la dejó ubicada en forma perpendicular al pedraplén (extensión y compactación de materiales pétreos) del lugar, explicó Arakelian. Las condiciones climáticas determinaron que los remolcadores participantes de la maniobra no pudieran acercarse para sostener la cántara, por lo que, a través de cabos a tierra, la mantuvieron firme para protegerla de las piedras.

“La cántara nunca se hundió y siempre se mantuvo a flote”, aseveró el entrevistado. Agregó que, al día siguiente, “cuando las condiciones del tiempo cambiaron y la Prefectura Nacional Naval autorizó las maniobras, un remolcador la sacó navegando, sin dificultades, del cuerpo central y la llevó hasta su ingreso al dique. Luego, se vació el agua del dique para evaluar los daños y se constató que algunas chapas resultaron dañadas, que ya se están sustituyendo por nuevas”.

“En una obra de esta magnitud, una semana —que será el tiempo adicional que demandarán los trabajos— no se puede catalogar de atraso”, concluyó Arakelian.