Sexualidad plena y consumo responsable

Sistema Nacional Integrado de Salud ofrece 120 espacios de atención adolescente

Tras indicar la importancia de ofrecer ámbitos de escucha a adolescentes, la subsecretaria de Salud, Cristina Lustemberg, dijo que el sistema cuenta con 120 equipos especializados en esta población, que en general opta por atención pediátrica hasta los 18 años o con médico de familia. Añadió que, si bien las embarazadas en esas edades se controlan mejor que las adultas, el tema de fondo es su inmadurez biológica y emocional.

Las adolescentes embarazadas se controlan mejor que las adultas

Lustemberg, respecto del acceso de adolescentes y jóvenes a los servicios de salud y a la respuesta que los distintos prestadores le dan a este sector de población, recordó que estos tienen la autonomía de elegir en el contexto de lo que es la oferta de prestadores de salud y en cuanto a la atención, pudiendo optar por asistir solos a las consultas.

En cuanto a cuál es el ámbito más propicio para ser atendidos, Lustemberg dijo que los distintos prestadores, tanto públicos como privados, cuentan con 120 equipos de salud adolescente, con espacios especialmente creados, pensando en las necesidades de los jóvenes.

Asimismo, un muchacho puede atenderse, si así lo desea, con su médico pediatra hasta los 18 años. De lo contrario existen médicos de familia y de medicina general preparados para recibirlos.

“Ellos deben tener un acceso real al equipo de salud más cercano, y deben sentirse cómodos, sino el intercambio no se da. Por imposición no se mejora la salud de ninguno de los ciudadanos”, aseguró Lustemberg.  

Lustemberg habló con la prensa tras su participación en el “Primer congreso latinoamericano de salud adolescente en Uruguay”, realizado este lunes 7 en la Casa INJU, donde se congregaron más de 200 adolescentes y jóvenes para debatir sobre salud.

Una de las mayores preocupaciones que el Ministerio tiene en relación a este segmento de la población es que tengan real acceso a la salud sexual y reproductiva, que vivan una sexualidad plena y elegida, desde la anticoncepción trabajada con los equipos de salud.

“Como país, sobre todo en los sectores más vulnerables, estamos preocupados por la alta incidencia de embarazos adolescentes, por lo cual es fundamental trabajar con el sistema educativo y con las familias, para que las jóvenes no tengan como única posibilidad de autonomía la maternidad, sino que sea un derecho elegido”, dijo.

“Esto requiere mucha escucha para saber dónde están las dificultades, y por qué una joven se aleja del sistema educativo y ve como única oportunidad de autonomía y desarrollo ser madre, quizás porque proviene de una familia donde ese modelo tiene una transferencia generacional. Queremos que ellas elijan ese momento, que tengan mejor trayectoria educativa, para ser adultos más integrados a la sociedad”, reflexionó.

En lo que respecta al control del embarazo adolescente, Lustemberg aseguró que se controlan mejor que las adultas.

Cuando una adolescente de entre 15 y 19 años queda embarazada, “se controlan y acceden a los servicios de salud”, informó. De todas formas, la jerarca entiende que el organismo de la joven aún no está preparado para tener un hijo, en alusión a la madurez biológica y también emocional.

También advirtió de los casos de embarazos en adolescencia temprana, que es un problema mucho más grave, dado que suele ser producto de una vulneración de los derechos extrema.

Por otra parte, explicó que en los espacios adolescentes se trabaja por ejemplo en la información para el consumo responsable de sustancias.

Recordó que el alcohol desmedido en esta etapa de la vida les hace perder autonomía. Cabe consignar que el impacto de este consumo abusivo en las mujeres es mayor que en los hombres, por un tema de asimilación.

También se trabaja sobre el consumo de tabaco y otras drogas, porque los jóvenes deben contar con herramientas que les den conocimiento sobre el tema. Dijo que la apuesta es a que vean a los adultos y a los servicios de salud, como dadores de herramientas para una mayor autonomía de decisión y no como prohibicionistas.

“Nos preocupan algunas alternaciones de la salud mental, teniendo en cuenta que nuestro país tiene alta incidencia de suicidios”, puntualizó Lustemberg.

“La adolescencia es una etapa de mucha labilidad emocional. Hay que escucharlos, y estamos preocupados por las situaciones de violencia, tanto en el seno de los hogares, como en los centros educativos y en la sociedad en general”, añadió.

 

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