Uruguay, Brasil, Argentina y Paraguay

Mujica reivindicó el valor de contar con un puerto de integración en aguas profundas

El Presidente José Mujica insistió en que la forma más barata de transportar mercadería es por barcos, que además ayuda a descongestionar carreteras y con ello se preserva la infraestructura. Aclaró que un puerto de aguas profundas no reemplazará a los existentes, sino que los complementará y será “de integración”. Aludió además al rol preponderante de Brasil en América del Sur y al lugar que ocupan los países bolivarianos.

José Mujica: “No hay forma más barata de transportar mercadería que por la vía fluvial y marítima”
En una entrevista publicada en la edición digital del periódico perteneciente al Grupo Estado de San Pablo, de Brasil (www.estadao.com.br), el Presidente Mujica habló de integración, del puerto de aguas profundas y de socialismo.  

En cuanto a la construcción de un puerto en la costa uruguaya sobre el océano Atlántico, recordó que los portugueses, ya desde la fundación de la Colonia del Sacramento (1680), percibieron que la forma más económica de salir al mundo era por el agua, “como si fuera un mandato de la geografía”.

“No hay forma más barata de transportar mercadería que por la vía fluvial y marítima”, insistió.

“Es ridículo que un barco espere 15 días a que lo carguen y descarguen en un puerto. Nuestra idea es hacer uno que sea brasileño, paraguayo, argentino y uruguayo; un puerto de integración, de grandes volúmenes, que de ninguna manera eliminará la navegación menor”.

El mandatario insistió que este proyecto no eliminará el transporte carretero, sino que lo aliviará, preservará el estado de los caminos y no sustituirá a los puertos existentes, sino que los va a complementar.

Entiende que es un paso necesario para seguir creciendo, pero supone integración política con todos los países.

El papel preponderante de Brasil
Mujica aseguró que el tamaño pequeño de nuestro país le da independencia para poder decir lo que piensa.

“Quien tiene más importancia en el conjunto de las relaciones es Brasil, por lo que significa, por los recursos que tiene y por el papel que tiene que cumplir”.

“Brasil tiene los medios para transformarse en una potencia importante. El único inconveniente es que llega tarde. El mundo ya está reunido alrededor de gigantescas unidades. Podemos criticar a la Unión Europea, pero es un bloque que tiene más de 60 años y demostró que tiene una salud tremenda, porque la salud se ve cuando uno está con los pies sobre la tierra, no cuando se está en auge”, sostuvo.

“Vemos que ese bloque europeo resiste bien y seguirá resistiendo”, enfatizó el Presidente, quien aclaró que no es que defienda el bloque latinoamericano, sino que “no tenemos otra salida”.

Dijo que Brasil, al ser tan grande, tiene un problema de autointegración. Hay quienes consideran que primero deben integrarse como país.

“Yo los entiendo perfectamente, porque no hay un Brasil, hay varios. ¿Cómo vamos a negociar con China, con Estados Unidos, con Europa? Primero necesitamos una expresión de carácter continental que Brasil debe liderar de buena fe, pero no con un sentido imperialista, impositivo, sino como aliados naturales”.

“Necesitamos desarrollar una unidad que nos identifique para tener un cierto peso negociador en el mundo contemporáneo, porque los recursos (como vendedores de materias primas) son cada vez más preciados”, añadió.

“Precisamos tener soberanía sobre nuestros recursos y no permitir que nos manipulen. Tenemos que aumentar la participación de los intereses de nuestras sociedades en la explotación de los recursos. Precisamos de políticas comunes”, indicó.

Para clarificar, Mujica explicó que, si frente a una empresa transnacional continuamos como hoy, disputando inversiones y pidiendo o imponiendo condiciones asimétricas y disputando entre nosotros, lo único que conseguiremos es bajar la participación de los intereses de nuestro pueblo en un momento en que la política debe ser completamente diferente.

“Por eso el concepto de integración. Debemos colocar muchas cosas sobre la mesa. Pero los países grandes son los que ‘cortan el bacalao’ (deciden)”, agregó.

Mujica entiende que no se trata solo de una cuestión de gobiernos, ya que la burguesía industrial de San Pablo tiene una enorme responsabilidad. Si esta comete el error de pensar que estamos en el siglo XIX o XX e insiste en una política que busca colonizar a los vecinos, “tal vez haga mucho dinero, pero perjudicará a Brasil en un futuro”.

Si, por el contrario, la burguesía paulista asume la responsabilidad de una política de alianzas y se transforma en el eje de un conjunto de empresas latinoamericanas que tratan de integrar la fuerza productiva por ramas de intereses, “eso es otra historia”.

Países bolivarianos y socialismo
Ante la consulta de cómo integrar a los países bolivarianos dentro del bloque, Mujica dijo que ellos tienen definiciones aparentemente más radicales que nosotros.

Sin embargo, “la capacidad de realización no se trata necesariamente de estar a la altura de lo que se declara, por la simple razón que en esas cuestiones históricas no se hacen cosas por simple voluntad, pero sí por la capacidad de integrar a nuestras respectivas sociedades”.

Sostuvo que en América Latina tenemos problemas fundamentales que resolver: la comida, la vivienda, la cultura y el conocimiento básico de nuestro pueblo, todo lo cual debe ser prioridad.

“Algunos pueden tener el sueño de una sociedad sin clases, igualitaria, yo soy una de esas personas (aludiendo al sueño socialista), pero eso no se concreta por decreto o imposición”, cuestionó.

“El problema es que creo que existe una presuposición al respecto”. Dijo que es necesario un desarrollo importante  y haber superado una serie de cosas, en un grado de cultura masificada, que nuestras sociedades están lejos de tener.

“Estamos todavía en una etapa llamada de liberación: liberación del hambre, de la falta de trabajo, de la ignorancia. Esa es la misión de nuestra época. Significa que si no tengo capacidad de administrar una empresa con eficiencia, no puedo hacer eso, que lo haga quien pueda administrarla con eficiencia”, explicó.

“Es necesario colocar reglas y no dejar que se rompan, pero no podemos permitir que retroceda la producción, porque es fundamental para mantener una política de distribución que permita salir de la pobreza y tener empleo. Para mí son problemas prioritarios”, enfatizó.

Citó como ejemplo la lucha del expresidente brasileño Luiz Inácio "Lula" da Silva para que su pueblo coma todos los días.

Esa lucha “no es revolucionaria para quien come todos los días, pero para quien no come fue la mayor revolución que pudo existir”, destacó.

"Todo depende de cómo luchamos por las cosas, por eso soy amigo de los compañeros bolivarianos, y tengo una enorme simpatía, pero tampoco es así como se hacen las cosas”, señaló.

El socialismo no es apenas una cuestión de relaciones de propiedad, es también una cuestión de responsabilidad, de capacidad de administración de mucha gente. “Es un cambio cultural brutal que no se hace solo con voluntad, siguiendo un legado histórico”, concluyó.