Una universidad construida de cero

UTEC invirtió más de 760 millones de pesos en infraestructura edilicia, equipamiento científico y de investigación

Más de 850 estudiantes optan por carreras que ofrece la Universidad Tecnológica. Gran parte de ellas se imparten en institutos regionales propios con tecnología de punta. Desde su creación se invirtieron 760 millones de pesos en infraestructura y equipamiento, incluidos laboratorios de última generación. Dado que el 80 % del alumnado estudia y trabaja, se dispone de un sistema semipresencial y horarios flexibles.

Estudiantes de UTEC en laboratorio

La Universidad Tecnológica (UTEC) funciona hace cuatro años y cuenta con dos institutos tecnológicos regionales en el interior del país, uno inaugurado en agosto de 2016 y en funcionamiento, el de Fray Bentos (Instituto Tecnológico Regional [ITR] Suroeste), y otro que está en actividad, pero se inaugura a fines de noviembre de 2017, en Durazno (ITR Centrosur). Un tercer centro, cuya obra comenzó hace poco y se prevé finalice a mediados de 2018, en Rivera (ITR Norte), estará ubicado en el predio del primer Polo de Educación Superior instalado en el país. Los locales donde se dictan las carreras en Colonia y Paysandú no son de la institución.

Las inversiones en infraestructura realizadas al 31 de diciembre de 2016 superan los 390 millones de pesos. Además, se concretaron obras adicionales en Fray Bentos y Durazno y en el centro de Rivera, las que suponen unos 170 millones de pesos más. En paralelo, la UTEC destinó 200 millones de pesos a equipamiento científico, informático y de telecomunicaciones. “Estamos en un franco proceso de crecimiento dirigido al interior, pero al que pueden asistir estudiantes de todo el país”, explicó la consejera de esa universidad Graciela do Mato, a la Secretaría de Comunicación Institucional. 

“Una universidad tecnológica acá y en el mundo es muy cara. Un perfil tecnológico implica infraestructura de última generación. Las obras que estamos culminando son con laboratorios de avanzada tecnología en todas las disciplinas para realizar docencia, vinculación con el medio e investigación del más alto nivel. Aún no se realiza investigación porque, por su corta existencia, la UTEC tiene estudiantes que aún están cursando sus primeros años”, apuntó. “No obstante, los estudiantes realizan desde el inicio proyectos dentro de su modelo de aprendizaje, sobre todo vinculados a las necesidades de la comunidad. En breve comenzaremos a generar conocimiento e investigación”, agregó Do Mato.

Actualmente, la UTEC ofrece servicios a unos 850 estudiantes que cursan en forma activa. La mayoría opta por la Tecnicatura en Tecnologías de la Información, que se imparte en Durazno y Fray Bentos (en un futuro también en Rivera), dura dos años y su modalidad es en un 70 % virtual y en un 30 % presencial. Otras de las propuestas más demandadas son Ingeniería en Energías Renovables (Durazno) e Ingeniería en Mecatrónica (Fray Bentos), que se cursan de manera presencial. En los tres casos hay una sobredemanda, es decir que hubo más preinscripciones que cupos disponibles. La carrera de Ingeniería en Logística, que comenzó a impartirse en marzo de 2017 en Rivera (ITR Norte), se replicará en Fray Bentos (ITR Suroeste) en 2018 con 50 cupos. Esto responde a una demanda de capital humano especializado en esa área en la región.

La perspectiva es que a 2020 la UTEC alcance los 3.000 estudiantes, unos 1.000 por Institutos Tecnológicos Regionales (ITR). “Tener 3.000 estudiantes en una universidad que en el año 2020 tendrá siete u ocho años de vida es muy importante”, sostuvo Do Mato.

Las carreras se desarrollan entre las 17:00 y las 22:00 horas, a fin de que el estudio y el trabajo sean compatibles, ya que el 80 % de sus alumnos trabaja, en su mayoría ocho horas diarias. “Que una persona trabaje todo el día y luego vaya hasta las 22:00 horas a la universidad con un alto nivel de exigencia habla de un gran esfuerzo personal y familiar”, indicó.

Perfil del estudiante

El promedio etario de los alumnos ronda los 25 años, sobre todo el de las primeras generaciones. En muchos casos, se trata de jóvenes que intentaron radicarse en Montevideo para cursar sus estudios universitarios y no lograron mantenerse; en otros, ni siquiera lo pudieron intentar, pero también están aquellos que, por tratarse de carreras que antes no existían, descubrieron en la nueva oferta una oportunidad laboral o, a la inversa, primero trabajaron en el área productiva y luego se especializaron.

A medida que la existencia de las carreras data de más años, la edad promedio comienza a descender, lo que evidencia el acceso a oportunidades que generó la instalación de la UTEC en el interior. La consejera aseguró que cada vez ingresan más estudiantes directamente de secundaria, lo que, consideró, demuestra que se está dando respuesta a personas que no tenían posibilidades de estudiar fuera de Montevideo. Eso se refuerza si se tiene en cuenta que el 80 % de los estudiantes de UTEC son integrantes de la primera generación universitaria en sus familias. A setiembre de 2017, un 5,6 % de los estudiantes de la UTEC había accedido a algún tipo de beca.

Un logro de la radicación de la UTEC en el interior es que muchas personas especializadas en las áreas que se estudian en los centros regionales vuelven al departamento donde nacieron para ejercer la docencia respecto a su vocación. Además, la funcionaria consideró que estas carreras radicadas en el interior hacen que muchos estudiantes de la capital se instalen en el departamento donde funcionan los ITR. “Esa vuelta que parecía imposible se está dando”, indicó.

Desvinculación y egreso

La UTEC tiene muy buenos niveles de egreso. El pasado 14 de noviembre se concretó la primera ceremonia de titulación, en la que se recibieron cuatro licenciados en Análisis Alimentario, cuatro licenciados en Ciencia y Tecnología de Lácteos y ocho tecnólogos en Sistema de Manejo de Producción Lechera. En los próximos días egresa otro grupo en estos rubros. En breve también se reciben 16 estudiantes de la Tecnicatura en Tecnologías de la Información. “Pueden parecer números muy chicos, pero son carreras de reciente creación y los números comenzarán a incrementarse”, recordó.

A junio de 2017 la tasa de desvinculación rondaba el 23 %, sin embargo las cifras a setiembre bajaron a un 16 %, lo que muestra la dinámica propia de la universidad. La alteración de los coeficientes responde al ingreso de una nueva generación de estudiantes de la Tecnicatura en Tecnologías de la Información, carrera que, además, al poder realizarse a distancia, hace que la desvinculación sea más sencilla. La UTEC dispone de un sistema de monitoreo por el cual, en caso de detectarse que un alumno falta varias veces, se lo llama y se procura resolver el inconveniente para que retome los estudios.

Financiamiento

El presupuesto de la UTEC en 2017 fue de 550 millones de pesos y para 2018 se solicitó un incremento de 150 millones de pesos. Do Mato dijo que la institución está abierta a explorar nuevas vías de financiamiento, además de lo que brinda el Estado, como es el caso de las donaciones.

Tiempo atrás la UTEC recibió una donación de la empresa UPM, que se utilizó en la construcción y la compra de equipamiento del ITR Suroeste. También percibió una donación de la República China para equipamiento. “Apostamos a que eso seguirá sucediendo. Las autoridades no debemos recurrir solo a los recursos presupuestales, sino que debemos tener una búsqueda activa de aportes extrapresupuestales”, insistió.    

 

 

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