Calidad ambiental

ALUR exporta biocombustible de segunda generación a Holanda

ALUR lleva reciclado en cuatro años un millón de litros de aceite de fritura. Este producto se elabora como biocombustible de segunda generación y contribuye a reducir emisiones de gases de efecto invernadero. Su exportación tiene un precio adicional de entre 30 y 40 % por encima de los valores del de primera generación, y Holanda es el mercado principal, destacó la gerente de la empresa estatal, Victoria Hernández.

Reciclado de aceite de fritura

A partir del lanzamiento del programa “La energía se transforma. Reciclá tu aceite”, Alcoholes del Uruguay (ALUR) alcanzó a comienzos de año la cifra récord de un millón de litros reciclados en los departamentos de Montevideo, Canelones y Maldonado. El miércoles 15 se sumó Paysandú, en una ceremonia realizada en el Mercado Municipal de la capital de ese departamento.

“Es una demostración de que con poco se hace mucho y, además, es una señal de que esta estrategia es beneficiosa para el cuidado ambiental”, dijo Hernández a la Secretaría de Comunicación Institucional. “Ya llevamos 22 contenedores distribuidos en Montevideo, Canelones, Maldonado y este nuevo en Paysandú”, destacó.

“Estamos en zonas donde tenemos presencia con nuestras plantas, como es el caso de Paysandú, donde tenemos la de elaboración de bioetanol”, apuntó. “Nos parecía oportuno poner a disposición de la ciudadanía local un punto de recolección que es una contribución de cada ciudadano a mejorar el ambiente”, enfatizó.

La entrevistada manifestó que el plan cuenta con tecnología de última generación, que se utiliza en Europa. “Se ha importado desde España, por lo que somos pioneros en América, y, de esta forma, producimos biocombustibles de segunda generación a partir de residuos”, indicó.

Hernández sostuvo que esta producción sirve para afrontar el cambio climático, factor clave para tener una generación energética nacional sostenible, recalcó.

Detalló, asimismo, los pasos a seguir para la recolección: que la gente acceda a un envase vacío en el que recolecta los aceites de fritura que utiliza y lo vuelque en el contenedor en el cual la empresa tiene un sistema de recolección. Ese insumo se envía a la planta de elaboración de biodiésel de Montevideo, y luego es vendido para exportar, principalmente a Holanda.

“Llevamos un millón de litros y esperamos seguir incrementando el volumen para colocar en Europa”, abundó.

“Los países que adhieren al protocolo de la COP22 (sesión 22.ª de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) tienen determinados mandatos que deben cumplir en el control de reducción de emisiones”, y este producto, “al ser de segunda generación, contribuye aún más a esa reducción”, señaló.

“Es por eso que el aceite reciclado tiene un precio adicional, que lo coloca en mercados internacionales entre un 30 y un 40 % por encima de los valores de biocombustibles de primera generación ”, argumentó.

Brindar esta herramienta es importante, porque cada litro de aceite que se vierte a la alcantarilla contamina 1.000 litros de agua. “Con ese plan cuidamos el agua y reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero en más de un 80 % en comparación con las emisiones del gasoil derivado del petróleo”, dijo.

La jerarca de la empresa estatal subsidiaria de Ancap anunció que el programa seguramente se extenderá a Artigas y se evalúa con otras intendencias para colocarlos. Además acentuó que existe un vínculo con el sistema educativo público y privado que refuerza el cuidado ambiental por intermedio de los alumnos.

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